Demundus es un juego educativo, un claro ejemplo de cómo el juego es impulsor de una experiencia sensorial que genera un impacto emocional. Jugar a Demundus nos hace adentrar en un universo nuevo, una ficción con sus propias reglas, que facilita y genera nuevas vivencias e impulsa unas relaciones renovadas.

Las neurociencias demuestran que la emoción es aprendizaje. Y la emoción positiva ocasiona una alteración de la organización cognitiva para conseguir una mejor integración e interrelación de los aprendizajes alcanzados.

Por esto Demundus, en tanto que juego educativo, favorece el aprendizaje en un contexto de diversión, como resultado de las sensaciones y las emociones que cada uno experimenta con el juego: relaciones humanas, alegría, empatía, éxito, cooperación, creatividad, escucha, acompañamiento, soporte, comunicación…

En definitiva, el juego Demundus propone un relato. Lo cuentan los jugadores, las personas que interactúan en el universo creado, y transcurre en un «escenario». Ese universo ficticio libera y pide de los jugadores que nos soltemos y entremos en contacto con nuestra curiosidad.

A continuación, la experimentación nos lleva a entrar físicamente en el juego, a que pongamos nuestro cuerpo y lo movilicemos para la exploración. Jugar nos proporciona la oportunidad de experimentar comportamientos y practicar alternativas bajo una nueva luz, y en un entorno social que favorece la exploración de la propia gestalt y el desarrollo de nuevas competencias.

Para finalizar, los descubrimientos realizados con el juego constituyen un trampolín de autoayuda para implementar las habilidades recién descubiertas, o las afianzadas durante el juego, en lo cotidiano de nuestras vidas, resolviendo dificultades y mejorando nuestras vivencias.

«Demundus. Juega y vive una experiencia original»

Rosa Membrado y Bruno Ketels